martes, 30 de abril de 2019

El lenguaje del amor

Me gusta morder tu verbo,
acariciar tu sustantivo
y te cubriría de adjetivos vacíos
que no dirían mucho más de ti
de lo tu que nombre propio dice,
esas cinco letras
que definen el tiempo
de una oración cumplida.

Siento la calidez de tu predicado
al posarse sobre mi pronombre,
sujeto absurdo e indeterminado
hasta que enuncias tu presente,
olvidas mi pasado
y miramos juntos al futuro.

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